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El Gobierno Vasco, las Diputaciones Forales, EUDEL y algunos Ayuntamientos han suscrito un acuerdo interinstitucional para el desarrollo de la Estrategia Vasca para Personas Sin Hogar 2018-2021.
Esta Estrategia que se fija como objetivo, entre otros, reducir de forma significativa el número de personas que duermen en la calle en Euskadi de cara al año 2020.
Para ello se desarrollarán políticas integrales de apoyo a estas personas.
Numerosas organizaciones del tercer sector social de Euskadi han reclamado y colaborado para contar con esta primera estrategia a nivel autonómico.
Tres redes presentes en la Mesa de Diálogo Civil de Euskadi, llevarán la voz y las propuestas del tercer sector social vasco a la comisión de seguimiento de la Estrategia.
La estrategia surge tras un trabajo previo de análisis de las características y necesidades de las personas sin hogar en Euskadi, y las fortalezas y debilidades del sistema de atención de nuestra comunidad.
Este documento se elabora para orientar la actuación de las diferentes instituciones implicadas.
Este documento pretende ser una guía con una serie de principios, objetivos y directrices consensuados previamente, que cada institución concretará en actuaciones específicas.
La adhesión al documento es voluntaria.
Las instituciones han compartido un trabajo previo de elaboración de la estrategia, contando para ello con un diagnóstico de la situación del “sinhogarismo” en Euskadi.
Una de las principales conclusiones obtenidas es que las personas sin hogar no constituyen un grupo homogéneo, ni con características estables a lo largo del tiempo”.
El “sinhogarismo” es un proceso generado como por la interacción entre cuatro grandes causas –estructurales, institucionales, relacionales y personales−
Estas causas aparecen de forma simultánea o combinada.
Estrategia
Euskadi cuenta con un notable bagaje en las acciones destinadas a la protección y promoción de estas personas, gracias a la implicación de las instituciones públicas y diversas entidades del Tercer Sector Social vasco.
Así, es la Comunidad Autónoma a la cabeza del Estado en lo que se refiere a la cobertura de plazas de alojamiento, “destinando, en conjunto, 47,5 millones de euros anuales” a la atención a las personas sin hogar.
Las instituciones firmantes disponen de un plazo de 12 meses para diseñar un Plan propio con actuaciones concretas para la materialización de las directrices acordadas en la Estrategia.
Esas actuaciones, podrán realizarse de forma individual o mediante acuerdos de colaboración entre una o más instituciones.
Los objetivos generales de esta Estrategia son los siguientes:
La Estrategia propone en torno a 50 directrices concretas, agrupadas en torno nueve ejes prioritarios de acción./p>
El Gobierno Vasco, a través de los Departamentos de Empleo y Políticas Sociales, Salud y Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda, las Diputaciones Forales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, EUDEL y los Ayuntamientos de Bilbao, Vitoria-Gasteiz, Donostia-San Sebastián, Barakaldo, Getxo, Portugalete, Irún, Santurtzi, y Laudio han suscrito un acuerdo interinstitucional para el desarrollo de la Estrategia Vasca para Personas Sin Hogar 2018-2021
, que se fija como objetivo, entre otros, reducir de forma significativa –al menos en un 20%−el número de personas que duermen en la calle en los grandes municipios de Euskadi de cara al año 2020. Para ello se desarrollarán políticas integrales de apoyo a estas personas.
Numerosas organizaciones del tercer sector social de Euskadi intervienen diariamente en la atención a estas personas y han reclamado y colaborado para contar con esta primera estrategia a nivel autonómico. Tres redes (EAPN, Fedeafes y Astialdi Sarea), presentes en la Mesa de Diálogo Civil de Euskadi, llevarán la voz y las propuestas del tercer sector social vasco a la comisión político-técnica que va a realizar el seguimiento del desarrollo de la Estrategia a partir de mayo.
La estrategia surge tras un trabajo previo de análisis de las características y necesidades de las personas sin hogar en Euskadi, y las fortalezas y debilidades del sistema de atención establecido en nuestra comunidad, y también se ha fijado en los modelos de intervención frente a la exclusión residencial en los países del entorno.
Este documento, cuya adhesión es voluntaria y vinculante, surge con un carácter orientador, en el sentido de que se elabora para orientar en un sentido determinado la actuación de las diferentes instituciones implicadas. Pretende erigirse en una guía con una serie de principios, objetivos y directrices consensuados previamente, que desde ahora cada institución concretará en actuaciones específicas.
Compartiendo la idea de que “las personas sin techo, quienes pasan la noche y el día en las calles de las ciudades, ponen cara a las formas más visibles y crudas de la exclusión residencial”, las instituciones han compartido un trabajo previo de elaboración de la estrategia, contando para ello con un diagnóstico de la situación del “sinhogarismo” en Euskadi.
Una de las principales conclusiones obtenidas es que “a pesar de la imagen estereotipada a la que siguen estando sometidas, las personas sin hogar no constituyen un grupo homogéneo, ni con características estables a lo largo del tiempo”. El “sinhogarismo” es un proceso generado como consecuencia de la interacción dinámica entre cuatro grandes grupos de causas –estructurales, institucionales, relacionales y personales−, que normalmente aparecen de forma simultánea o combinada.
Estrategia
Euskadi no parte de cero ya que cuenta con un notable bagaje en las acciones destinadas a la protección y promoción de estas personas, gracias a la implicación de las instituciones públicas y desde antes de diversas entidades del Tercer Sector Social vasco. Así, es la Comunidad Autónoma a la cabeza del Estado en lo que se refiere a la cobertura de plazas de alojamiento,“destinando, en conjunto, 47,5 millones de euros anuales” a la atención a las personas sin hogar.
Con esta nueva estrategia, se darán nuevos pasos. Las instituciones firmantes disponen de un plazo de 12 meses para diseñar un Plan propio con actuaciones concretas para la materialización de las directrices acordadas en la Estrategia. Esas actuaciones, que pueden ser nuevas o no, y podrán realizarse tanto de forma individual por cada una de las instituciones implicadas, como mediante acuerdos de colaboración entre una o más instituciones, de forma que se puedan desarrollar actuaciones a partir de la colaboración entre los servicios sociales, de salud, de empleo, de vivienda o de garantía de ingresos, entre otros.
Los objetivos generales de esta Estrategia son los siguientes:
La Estrategia propone en torno a 50 directrices concretas, agrupadas en torno nueve ejes prioritarios de acción.
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